MUJERES EN SUS CAMAS

El interés quizás más básico de este proyecto es el de la normalización de un tema, de una faceta importante para todos y cada uno de nosotros, como es nuestra vida sexual y su disfrute. Como ya hemos dicho, nos parece saludable y gratificante hablar de sexo y aspirar a la identificación del público con las experiencias aireadas en el espectáculo.

MUJERES EN SUS CAMAS quiere hacerse un poco con humor y un poco con la tragedia que es follar poco... o mal... o menos bien... o no tan bien como antes... o hacerlo sin saber previamente cómo nos gustaría hacerlo. Cuando esto nos preocupa no nos deja respirar hasta el fondo; nos hace discutir con nuestra pareja, nos hace creer que siempre nos falta algo y que la vida está siempre en otro lado, sea en las películas o en la cama de la vecina.

Nos gustaría que la gente saliera de este espectáculo con ganas de mirarse para dentro, de repensar su cuerpo y sus deseos; que se sienta más dispuesta a volver a creer en el sexo y en su su vida sexual como algo de lo que puede gozar más y mejor.

“Únicamente sé de un hombre que amaba las camas más que yo, y él mismo me contó su historia una semana antes de que le colgaran. El amor que sentía por su vieja cama era algo realmente hermoso, conmovedor. No consentía que ningún extraño durmiese en ella. Una noche, al regresar a casa, se encontró con un desconocido metido en su cama y le mató de un tiro. Luego me aclaró:

- Que mi mujer estuviera en la cama, no me importó, porque, después de todo, es de la familia. Pero aquel individuo no era amigo mío”.
                (“Camas”, Groucho Marx)

 

 

 

MUJERES EN SUS CAMAS