GIRANDO A OTEIZA


Por su carácter, por su obra, por su pelo blanco, por el color rojizo de su museo, por sus palabras, por su mirada, por sus quejas, por su poesía, por la luz, por la sombra, por su ocupación en la "desocupación",  por su voz, por sus manos, por sus formas, por el escultor, por el filósofo. POR EL HOMBRE.

Tengo ganas de trabajar con todo esto.

Tengo ganas de utilizar el sonido de su propia voz recitando algún poema suyo o hablando de su paso por la vida y fusionarlo con el sonido que Bingen Mendizábal, Mikel Urdangarin y Rafa Rueda han creado mezclando melodías "muy bailables" con acordes aún no inventados y ver cómo se pueden bailar.

Porque sobre todo, tenemos ganas de bailar, tenemos ganas de mirar nuestras danzas de hoy.
Esos pasos, esas piernas en alto, esos cuerpos y esos brazos estirados hacia el cielo, esos ritmos y esas coreografías o imágenes ancestrales... tengo ganas de mirar qué nos hacen sentir hoy.

Como un día leí a un buen amigo, Joxerra Garzia, en su libro "ITSASOAN EURI" hablar sobre Oteiza:  
 
"Eso es lo que yo más valoro de Oteiza: el haber promovido la autoconfianza y la autoestima que tan a menudo echamos en falta los pueblos más pequeños.
Aunque trate de lo que fuimos y de lo que somos, no existe nostalgia ni añoranza alguna en la mirada de Oteiza. Si muestra aprecio por lo que fuimos y por lo que somos, es porque ese es el único modo para que seamos alguien en un futuro. Incluso antes de que se difundiese la palabra globalización, Oteiza reivindicó, mucho antes que nadie, que el único camino para ser universales es aceptar lo nuestro y profundizar en ello".

Tengo ganas de nadar en esas palabras que Oteiza escribió en 1963, en su "Quousque Tandem" y ver de qué nos pueden servir hoy. POR TI, OTEIZA!!

 

 

 

GIRANDO A OTEIZA