No me hagas daño plantea todas las preguntas que nos angustian acerca del maltrato. Llevados de nuestro afán clasificatorio, la primera pregunta es natural:
¿Cuál es el perfil de un maltratador? El problema es que tal vez no tengan un perfil definido ya que los hay cultos, elegantes, de clase alta, media, o de clase baja, trabajadores…
La segunda pregunta incide en las motivaciones del verdugo: ¿Por qué son maltratadores? Quizá porque fueron maltratados de niños, porque están frustrados, porque son enfermos…
La tercera pregunta es deslomadora, pues hace referencia a la pasividad de la víctima: ¿Por qué ellas caen en sus redes? ¿Por qué no se dan cuenta a tiempo? Y si se dan cuenta…si son conscientes de lo que les está pasando, ¿por qué no piden ayuda?
Lo más seguro es que ellas piden ayuda y somos nosotros los que no oímos, los que no hacemos caso, los que miramos para otro lado y preferimos subir el volumen de la tele para desentendernos del drama que vive nuestra vecina. Consideramos el maltrato como un asunto “doméstico” en el que es mejor no meterse por pudor. Pero nuestro pudor se convierte en cómplice.
¿Cárcel o terapia? Es la disyuntiva que se le plantea a Raúl, el maltratador de No me hagas daño. Obviamente él elige terapia. Pero ¿hay esperanzas de reinsertar en la sociedad a un maltratador? ¿No es demasiado indulgente la Justicia con ellos proponiéndoles semejante disyuntiva y dejándolos en libertad para que puedan seguir acosando a sus víctimas? Estas preguntas finales hielan el alma. Porque muchos episodios de maltrato acaban de manera irreversible para la víctima. Y entonces es cuando nos hacemos las preguntas. Cuando ya no tienen sentido.
A veces es un personaje, o un tema, o una frase escuchada en la calle, en la televisión... A veces es una mirada… unos ojos tristes, frágiles que te miran avergonzados… como los ojos de Luisa... Esa mirada fue el origen de NO ME HAGAS DA�'O Pero, poco a poco, fui descubriendo más miradas, muchas más... demasiadas... anónimas, incapaces de hacer oír su voz.
¿Por qué escribir sobre los malos tratos, ahora? Ya se han escrito tantas cosas... Este tema ya no interesa... A la gente le aburre... No es comercial... La gente quiere ir al teatro para reír, para olvidar...Sí, pero también quieren ir al teatro para emocionarse, para reconocerse, para gritar, para darle voz a los personajes como Luisa... Esos espectadores, entonces, pueden transformarse en una marea imparable, que se extienda por todos los rincones, y que quizá devuelva la risa, la energía y la esperanza, a esas mujeres maltratadas, para que sientan que no están solas...
El otro día leí un artículo en el periódico que hablaba de que una noticia, por muy terrible que sea, deja de ser portada a los cuatro o cinco días, porque la gente, ya lo ha leído, ya lo sabe... Y se cansa...
55 mujeres asesinadas en España en 2009 por sus parejas, o ex parejas... Según la policía, sigue habiendo más de 1200 casos de maltrato con “riesgo alto o muy alto”, y 13.000 casos de “riesgo moderado”...Sí, hay veces que las noticias nos cansan... Pero, entonces, ¿qué será de Luisa, de Paula, de Charo...
Nos cansan los muertos en Irak, los niños que deambulan perdidos por las calles de Haití… las mujeres de Afganistán...Nos cansan... pero siguen existiendo... Están ahí, y como en la obra de Pirandello, a veces buscan a un autor para que les de vida... para que la gente no se olvide de ellos...Ese tema, ya no interesa... Pero un hombre atropella a su mujer reiteradamente, hasta matarla...
Otro la dispara un tiro en la cabeza... Algunas victimas denuncian y mueren, otras retiran la denuncia y también mueren...Las hay que tienen más suerte… Palizas, miedo, depresión, tristeza...Luisa es un personaje imaginado, creado por un autor de teatro, y está ahí, para contarnos su historia llena de dolor, de angustia y también de esperanza. Pero, sobre todo, Luisa existe para que no nos olvidemos de las otras Luisas, las reales.
Autor: Rafael Herrero Martínez
Iluminación: Xabier Lozano
Video: David Bernués
Escenografía: Fernando Bernués/Edi Naudo
Intérpretes:
LUISA, Maiken Beitia
RAÚL, marido de Luisa: Kike Díaz de Rada
PAULA, hija de Raúl y de Luisa: Olaia Gil
CHARO, joven latinoamericana: Tania de la Cruz
NICO, mediador familiar: Isidoro Fernández
Dirección: Fernando Bernués
Ayte. de Dirección: Ana Perez
Técnicos: Edi Naudo/Txema González
Fotografía: Manix Díaz de Rada
Diseño gráfico: Tempo
Administración: Maite Gorrotxategi/Miren Oiarzabal
Producción ejecutiva: Koro Etxeberria
Producción: Tanttaka Teatroa
Distribución: Julio Perugorria
Tfno: 946816743 /609457575
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